Sohrab Sepehrí

Sohrab Sepehrí

Sohrab Sepehrí (1928-1980), destacado poeta y pintor iraní, nació en Kashan el 7 de octubre de 1928. El talentoso artista iraní se dio a conocer y se hizo notable con la publicación de “Sonido del paso del agua”, que marcó un hito en su actividad poética, a la que se agregaron otros dos volúmenes. En 1969, participó en la Bienal de París y poco después expuso sus cuadros en una galería de Nueva York, donde vivió durante un breve periodo.

Habiendo nacido en el seno de una familia destacada por el arte y la literatura, dio lugar a que él también se decantara por el arte. El padre de Sohrab era empleado de la oficina de correos, artesano y constructor de un instrumento musical tradicional persa, el tar, mientras que su abuela era también una poeta bastante dotada. Kashan y los pueblos alrededores desempeñaron un papel significativo tanto en su poesía como en sus cuadros. De hecho, en sus poemas destaca principalmente su ciudad natal que, entre otras cosas, cuenta con una historia rica y gloriosa:

“Soy de Kashan.

No me va mal del todo.

Tengo un poco de pan, algo de inteligencia, un alfiler de gusto.

Tengo una madre mejor que una hoja de árbol.

Unos amigos mejores que el agua corriente”.

Sepehrí es tan popular entre los iraníes que se le suele referir por su nombre de pila “Sohrab”, como si fuera un amigo al que todo el mundo conoce. Sohrab ha viajado más allá de la trayectoria normal de los significados cotidianos. El uso de nuevas formas en la poesía la hace complicada de entender, pero en el fondo son brillantes metáforas aplicadas al significado de las palabras. El lector se sumerge tanto en su poesía que a veces se olvida del mundo real y experimenta un nuevo reconocimiento del hombre y del universo entero.

Sohrab era un amante de la naturaleza. Al igual que un bebé acunado en los brazos de su madre, se calmaba en la naturaleza. Tenía un gran respeto por la naturaleza y todo lo relacionado con ella. Era un verdadero adorador que amaba a Dios y a las criaturas, creyendo que hay que plantar en el corazón la flor del amor por todo el universo. Lo define tan solo el término amor.

“No sé por qué

la gente dice que los caballos son gentiles

y que las palomas son hermosas

y por qué nadie guarda buitres en jaula”.

Teniendo un profundo conocimiento de budismo, misticismo y tradiciones occidentales, y sintetizando los conceptos occidentales y orientales, creó su propio estilo, nada parecido a los existentes anteriormente, en la historia de la literatura persa. Él, expresando sus pensamientos y sentimientos de manera muy distinta a los demás, hizo que su poesía pareciera como un viaje del que va cada persona de un camino.

Sohrab nos lleva a un mundo desconocido en el que la fealdad se vuelve bella y los objetos despreciados se convierten en el centro de atención de los lectores. Tras dejar una huella poética indeleble en la literatura persa, el poeta falleció en Kashan en 1980. Cabe mencionar que la película “¿Dónde está la casa de mi amigo?” rodada por el director iraní Abbas Kiarostamí en 1987 está inspirada en un poema suya “¿Dónde está la casa del amigo?”.

¿Dónde está la casa del Amigo?
Fue al alba cuando el jinete hizo la pregunta.
El cielo se detuvo, el transeúnte entregó a las tinieblas de arena
la rama de luz que tenía en los labios,
luego señaló con el dedo un sauce blanco y dijo:

“Antes de llegar al árbol hay una alameda
más verde que el sueño de Dios,
de donde el amor es tan azul como el plumaje de la sinceridad.
Irás hasta el final de esta calle que aparece pasada la adolescencia,
luego torcerás hacia la flor de la soledad.
A dos pasos de la flor,
te detendrás al pie del alto surtidor de los mitos de la tierra.
Allí te envolverá un pánico transparente;
en la intimidad fluida del espacio oirás cierto crujido:
verás a un niño encaramado en un pino alto
dispuesto a coger los polluelos del nido de la luz
y le preguntarás:
“¿Dónde está la casa del Amigo?”.

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