Chaharshanbe Surí

Chaharshanbe Surí

Miércoles de fiesta o fiesta del fuego por excelencia celebrada el último miércoles del año del calendario persa.

Todos los años, al llegar el Nowruz, el año nuevo iraní, y más concretamente en la víspera del último miércoles del calendario persa, los iraníes celebran una fiesta muy popular y antigua: el Chaharshanbe surí o la fiesta del fuego; en persa” Chaharshanbe” significa miércoles y “surí” significa festival. Es, pues, la fiesta más cercana al acontecimiento más famoso de la cultura iraní, el Nowruz. Chaharshanbe surí es una oportunidad para disfrutar de los últimos días del invierno mientras se espera la llegada de la primavera.

Esta fiesta tiene sus raíces en el zoroastrismo. Sin embargo, ha sufrido muchos cambios tras la invasión árabe.

Es una tradición que se celebra sobre todo con familia y parientes, pero también con amigos, haciendo una o varias hogueras en lugares públicos. Todo el mundo, jóvenes y mayores, saltan sobre las llamas del fuego dirigiendo esta frase al fuego:

“Zardie man az to, sorkhie to az man”.

¡Tu color rojo para mí!

¡Mi color pálido para ti!

El color pálido representa el mal y las calamidades del invierno, mientras que el color rojo simboliza la salud y el bienestar. La razón de festejar el miércoles, es decir, el cuarto día de la semana en el calendario persa, es para simbolizar las cuatro estaciones del año dando bienvenida a un nuevo ciclo de la naturaleza.

La fiesta del fuego va acompañada de una serie de ceremonias y tradiciones populares entre las cuales destacan “pedir obsequios”, “golpear cacerolas con cucharas” y “prever el futuro, escuchando a escondidas” (Falgush).

Pedir obsequios: el manjar de esta fiesta es una mezcla de frutos secos llamada “Ayil Moshkel Gosha”, literalmente “frutos secos que solucionan los problemas”. Está compuesto de siete frutos secos: avellanas, higos, almendras, pasas, pistachos, nueces y albaricoques. Los jóvenes y niños llaman a las puertas pidiendo obsequios, disfrazados con sábanas. El Ayil se reparte con la esperanza de que los deseos se cumplan.

Golpear cacerolas con cucharas (Qashoqzaní): Los niños o incluso los adultos golpean ollas y cacerolas con cucharas y los vecinos, al oír este ruido, se acercan a la puerta y llenan sus ollas de dulces o caramelos.

Prever el futuro, escuchando a escondidas (Falgush): otro ritual de ese día, de especial interés para las jóvenes solteras. El ritual consiste en tener un deseo y escuchar la conversación de las primeras personas que pasan de su lado e interpretarla para saber su futuro.

Aunque estas tradiciones han cambiado bastante a lo largo de los años e incluso se han alejado de su verdadero origen, sigue siendo importante revivirlas. 

Hechos mitológicos y literarios de la fiesta

La historia de Siyavash vinculada a Chaharshanbe surí

Una figura importante en la obra épica de Ferdowsi, el Libro de los Reyes (Shahnameh). Siyavash fue un príncipe legendario del antiguo imperio persa del que la esposa de su padre, Sudabeh, estaba enamorada. Ella le propuso el asesinato de su marido para que se convirtiese en su legítima esposa, lo que fue rechazado por parte de Siavash. Una vez rechazadas estas repetidas insinuaciones sexuales, Sudabeh le hizo una falsa acusación. El rey Key Kawys decidió a probar la inocencia de Siyavash con una prueba de fuego: encendieron una hoguera y él tuvo que atravesarla sin haberse herido. El príncipe salió sano demostrando así su inocencia. Había dado cuenta de las cosas, el rey condenó a Sudabeh. Sin embargo, Siyavash le rogó a su padre para que no se ejecutara. A partir de entonces, los iraníes celebran la inocencia de Siyavash encendiendo hogueras y saltando sobre ellas.

El mito de Kaveh el Herrero vinculado a Chaharshanbe surí

El mito cuenta la historia de Zahak, malvado rey asirio, al que le crecían serpientes en los hombros. El reinado de Zahak duró mil años y provocó que la primavera nunca volviera. En auqel tiempo, se sacrificaban dos jóvenes cada día y se ofrecían sus cerebros a las serpientes de Zahak para aliviar su dolor. Sin embargo, el hombre encargado de sacrificar a los dos jóvenes cada día sólo mataba a un hombre y mezclaba su cerebro con el de oveja, para salvar al otro hombre. Los jóvenes salvados por el sacrificio tuvieron que huir a las montañas. Según la leyenda, el pueblo es el antecesor de los kurdos.

Un herrero llamado Kaveh, cuyos dieciocho hijos habían sido sacrificados, se rebeló cuando su último hijo fue capturado. Organizó junto a los jóvenes fugitivos una revuelta y salir a todos de tanta tiranía. Así, marcharon hasta el castillo de Zahak, donde Kaveh mató al rey con un martillo. Una vez tomado el castillo, Kaveh prendió fuego a su delantal, que ató a su martillo de herrero, para significar su victoria. La referencia al fuego no es trivial: de hecho, se refiere a los vínculos iraníes de los kurdos. La primavera volvió al Kurdistán al día siguiente. Desde entonces, cada año, los kurdos encienden hogueras y bailan para celebrar la victoria de la libertad ante la tiranía.

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