Mehdi Akhavan

Mehdi Akhavan Sales

Nació en 1928 en Mashhad, provincia de Jorasán, donde completó su educación secundaria. A principios de la década de 1950, participó en las revueltas antigubernamentales, habituales en Irán en aquella época, y fue encarcelado brevemente tras la caída del gobierno del Dr. Mohammad Mosaddeq en 1953. Su primer poemario, “Órgano” (Arqanun), se publicó en 1951. Entre 1959 y 1965, trabajó como profesor de instituto y director de escuela primaria. También colaboró en el doblaje de películas educativas, además de escribir artículos para periódicos y revistas populares.

En 1959, Sales publicó su libro “El final de Shahnameh” (Akhar-e Shahnameh), en el que analizaba algunos de los problemas sociopolíticos contemporáneos de Irán en el contexto de los antiguos mitos y leyendas del país, relatados por Ferdowsi. Un año después creó una visión complementaria de lo mismo en su “Desde esta Avesta” (Az in Avesta), de nuevo criticando de manera indirecta al gobierno. En venganza, el gobierno les persiguió a él y a sus seguidores por ser anarquistas. Actividades similares en 1967 llevaron al poeta a la prisión de Qasr durante un breve periodo. Tras su liberación, Akhavan se incorporó al Ministerio de Educación y a la Organización Nacional de Radio y Televisión de Irán. Murió en 1990 en Teherán. Su tumba se encuentra en Tus, cerca de Mashhad, junto a la de Ferdowsi. Según los críticos, Mehdi Akhavan Sales es uno de los mejores poetas persas contemporáneos. Es uno de los pioneros del verso libre en la literatura persa, especialmente en la épica de estilo moderno. Durante mucho tiempo tuvo la ambición de introducir un nuevo estilo en la poesía persa.

Vilano

¡Vilano! ¡Eh! ¿Qué noticias nos traes?

¿De dónde y de qué traes las nuevas?

Ojalá sean buenas nuevas, pero, pero,

si estás volando alrededor de mi puerta y de mi techo

que son yermos.

Para mí no existe la esperanza de recibir nuevas,

ni del amigo, ni de los de casa, ni de los lugareños, ni una sola.

Vete a un lugar donde los hombres tengan ojos y oídos,

vete a un lugar donde te esperen.

¡Vilano!

En mi corazón todos son ciegos y sordos.

Aléjate de este extraño en su propio hogar.

Un mensajero que solo trae experiencias amargas

me dice que mientes, mentira,

que decepcionas, decepción.

¡Vilano! ¡Eh! Pero… al fin…

¿Es cierto que te has ido con el viento?

¡Escúchame! ¡Eh! ¿Dónde te has ido? ¿Eh?

¿Te has ido a un lugar donde todavía hay noticias?

¿A un lugar donde todavía hay cenizas calientes?

En mi hogar -no deseo una gran hoguera- ¿hay acaso todavía una chispita?

¡Vilano!

Todas las nubes del mundo, de noche y de día,

lloran en mi corazón.

(Por Ana María Briongos y Dr. Mohammad Gholam)

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