Nishapur

Nishapur

Antigua ciudad de la provincia iraní de Jorasán. Nishapur, a pesar de las catástrofes históricas y naturales, fue una de las ciudades más prósperas del Oriente islámico hasta la época de los mongoles. Eclipsada durante mucho tiempo como capital regional por la ciudad santa de Mashhad, Nishapur conserva su importancia económica por sus famosas minas de turquesa y su agricultura (fruta, algodón, cereales), y se considera una parada importante en el eje Teherán-Mashhad (ferrocarril, carretera).

Los sasánidas causaron que Nishapur surgiera en la historia: Shapur I la fundó y Shapur II la reconstruyó. Durante la dinastía de los selyúcidas la ciudad se había convertido en uno de los grandes centros intelectuales del islam (sede del gran poeta Omar Jayam, famoso por su escuela teológica, Nizamiyeh, donde enseñaba Al-Ghazalí.) Además de ciencia, poesía, agricultura y turquesa, Nishapur también se enorgullece de su refinado arte de cerámica, que tiene una historia muy relevante en todo Oriente Medio.

Aparte de algunas colinas arqueológicas, excavadas clandestinamente durante mucho tiempo, hay muchos restos islámicos en Nishapur y sus alrededores: las tumbas de Omar Jayam y Farid al-Din Attar, el antiguo bazar de turquesas, el antiguo caravasar donde hoy hay talleres de arte para producir bisutería con una increíble variedad de turquesas iraníes.

Umar ibn Ibrahim Jayam Nishapuri

Jayam (1048 – 1131) vivió durante el período de la dinastía selyúcida en Irán. Como el nivel de cultura y civilización de los selyúcidas era mucho más bajo en comparación con los iraníes, se sumergieron en la cultura y civilización iraníes. Sin embargo, debido a los conflictos políticos y a las diferentes religiones, los selyúcidas se adhirieron al islam suní y lo consideraron como el sucesor espiritual del Profeta. El matemático, astrónomo y filósofo persa es recordado por su poesía. La mayoría de los cuartetos de Jayam tratan del disfrute de vida antes de la muerte y tener una vida feliz, más bien una oda a la embriaguez.

En su vida, Omar Jayam fue más conocido como erudito, matemático, astrónomo y filósofo. Eligió el seudónimo “Jayam” (fabricante de tiendas) en referencia a la profesión de su padre. Estudió todas las disciplinas bajo el control de los más grandes maestros de la época. En busca de conocimientos, viajó por todo el país, conoció a científicos, visitó bibliotecas y centros científicos, como el de Balj, donde se quedó por un año. Nada más regresar a su ciudad natal, Omar Jayam ganó mucha fama como erudito y más tarde fue invitado por el rey selyúcida Malek Sah a participar en la construcción de un observatorio en Isfahán, así como en la reforma del calendario solar persa dibujando tablas astronómicas y él fue quien introdujo el año bisiesto. El calendario solar utilizado hoy en día en Irán debe su exactitud a este gran erudito.

Tanto vino habré bebido que su olor

manará de mi tumba cuando yazca bajo tierra

Y cuando un barrilero pase cerca de mi sepulcro

percibirá el aroma y al instante se sentirá ebrio

Sin embargo, gracias a su Rubaiyát, una colección de más de 400 cuartetos -que celebran el vino y el placer-, Omar Jayam se hizo mundialmente famoso siglos después de su muerte. “Bebe y sé feliz”, proclama este espíritu libre y esteta epicúreo. Desilusionado, Jayam busca en la botella una salida a su angustia existencial.

No dudes de disfrutar del vino y de las mujeres,

pues tarde que temprano tendrás que dormir bajo la tierra,

Y no lo cuentes esto a nadie

la amapola marchita no vuelve a florecer

A los 83 años, falleció en Nishapur y se enterró a la sombra de dos rosales. “Cuando muera, lávame con vino y haz las tablas de mi ataúd de madera de vid”, pidió el poeta.

Farid al-Din Attar

Es uno de los más famosos poetas y místicos sufíes persa (1145- 1221). El nombre de Attar es en realidad un apodo que proviene del oficio de su padre, herbolario y perfumista (Attar). En su taller compuso la mayoría de sus obras. Sin embargo, viajó mucho y conoció a muchos grandes místicos, como el gran poeta místico persa Jalal al-Din Rumi, cuando era sólo un niño.

Attar es autor de una importante obra en prosa; el Diván de Attar (recopilación de poemas) con unos 100.000 versos, prominentes no sólo por su unidad temática, descripciones conmovedoras de la agonía y éxtasis de la vía mística, sino también por su profundo hermetismo y valores religiosos.

Kamal al-Molk

Kamal al-Molk Mohammad Ghaffari, más conocido por su seudónimo Kamal al-Molk, nació en Kashan (1847-1940, Nishapur). Haber nacido en el seno de una familia muy apegada al arte, sin lugar a dudas, es uno de los artistas más eminentes de Irán. Kamal al-Molk visitó la mayoría de los museos europeos y estudió las obras de algunos artistas famosos como Rafael, Tiziano y Da Vinci, profundizando en algunas de sus obras. Permaneció en Europa unos cuatro años, durante los cuales no pasó ni un solo momento en vano. Experimentó, creó y aprendió, y finalmente en 1898 regresó a Irán.

Fundó un nuevo estilo en el arte iraní. La pintura iraní antes de él e incluso en los primeros años de su vida era muy diferente. Es un estilo innovador, no pretende devaluar la pintura del pasado, sino hacer avanzar el arte de la pintura en Irán y abrir nuevos horizontes para los sucesores.

Sala de Espejos: la obra más eminente de Kamal al-Molk en el Palacio de Golestán

La sala de espejos es su obra maestra. Fue el primer cuadro con la firma de Kamal al Molk. La “Sala de Espejos” fue, más bien, un punto de inflexión en el arte iraní que un simple cuadro; una ventana a un mundo nuevo más que una pintura sobre lienzo. Con esta obra, el artista representa maravillosamente toda la delicadeza y los detalles de la sala de espejos del Palacio Golestán. En este cuadro hay un vivo y animado retrato de Nasser al-Din Sah sentado en el centro de la sala. El reflejo de la luz y la sombra de los objetos en la habitación decorada con cientos de piezas de espejo y el reflejo de los espejos se representan con tal delicadeza que obliga al espectador que lo admire.

Caravasar  Shah Abbasi

Uno de los edificios de la época safávida que ahora alberga talleres y tiendas de artesanía y está situado en la parte central de la ciudad de Nishapur. Al igual que el histórico bazar de Nishapur, se cree que la construcción de este caravasar es una de las reformas del periodo de Sah Abbas I. El caravasar cuenta con un patio central, 24 habitaciones, cuatro arcadas, establos y una plataforma de carga y descarga de mercancías, obviamente adaptada a los camellos y dromedarios que transportaban diversos objetos y mercancías que pasaban por la Ruta de la Seda en aquella época.

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