Qeshm
La isla Qeshm, con una longitud de 100 kilómetros y un área de 1500 kilómetros, es la isla más grande del Golfo Pérsico, el doble del tamaño de Bahrein. Esta isla conocida bajo el nombre del delfín del Golfo Pérsico por su forma en las imágenes de satélite es el hogar de varios pueblos costeros, mayoritariamente habitados por pescadores y astilleros donde se construyen grandes barcos de madera, llamados “Lenj”. Las artesanías más importantes de la isla son la fabricación de Lenj, lanchas tradicionales y telas bordadas. Hacer Lenj es la industria más antigua en los puertos del sur de Irán. Esta industria y los métodos de fabricar Lenj se transmite de generación a generación en esta isla. La isla Qeshm es un gran exportador de sal: la cueva de sal de Namakdan, de 6 km de largo, muy espectacular, con sus colores y cristales de sal que descienden los techos.
Esta isla totalmente merece la pena visitarla, aunque sólo sea para apreciar la belleza y variedad de sus paisajes, especialmente su particular núcleo antropológico. Las prendas típicas de hombres y mujeres, así como la música local y el dialecto de los habitantes de la isla están entre las atracciones de la isla.
Una de las primeras paradas podría ser el pequeño puerto de Laft. Como en diciembre hace un calor agradable al mediodía, el invierno sería ideal para viajar a la isla. En Laft, no es extraño ver a unos trabajadores con piel quemada por el sol quienes están arreglando una vieja choza en la playa.
El manglar de Hara tiene un mar de color azul turquesa, cubierto de una gruesa capa verde. Es un sitio protegido que alberga una gran biodiversidad. Se puede navegar a través de los canales de esta selva marina con colores asombrosos.
En el sur de la isla, la costa es igual de salvaje. A unos 20 kilómetros de la isla de Qeshm, en el extremo occidental, el paisaje es similar: tierra amarilla quemada por el sol, árboles planos y pequeños pueblos con calles desiertas y casas de terracota. La costa está rodeada de playas de fina arena.
Las formaciones rocosas que dan la sensación de que las losas se derrumban en algunos lugares son muy especiales. También es una oportunidad para visitar el templo de los aqueménidas y sus galerías de varios niveles, dedicadas a Mitra y construidas en la ladera de montaña.
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