10 Días
Duración
El verano, Primavera
Fechas
3/10
Fisicalidad
visita
Patrimonio Mundial de la UNESCO

“El encanto del oeste de Irán”

Antropología: kurdos, azeríes, judíos

10 días / 9 noches

 

“El encanto del oeste de Irán” es un viaje ideal para conocer la historia del santuario más sagrado zoroástrico: Tajt-e Soleimán así como el templo de fuego zoroástrico de la época sasánida (siglos III-VI d. C.). Nuestro viaje por la región occidental, además de impresionantes paisajes, nos ofrece la oportunidad de visitar la cúpula de Soltaniyeh, emulada al estilo arquitectónico del arquitecto italiano Brunelleschi. Durante el circuito, visitaremos la ciudad de Zanyán, enclavada en las laderas de la cordillera de Alborz, cuya naturaleza intacta y arquitectura peculiar de su bazar nos dejarán sin palabras. Zanyán es una ciudad iraní cuya mayoría de habitantes son azerbaiyanos y hablan el idioma azerí. Este factor cultural destaca la divergencia antropológica por el hecho de que en la región de Azerbaiyán se habla el antiguo idioma azerí. Por otro lado, en Sanandaj tenemos la oportunidad de conocer los orígenes de la cultura kurda en Irán. En Hamedán, visitaremos el Mausoleo de Ester y Mardoqueo y conoceremos los orígenes de la festividad judía Purim.

“El encanto del oeste de Irán” es un chapuzón en la historia de Persia a través de sitios de gran importancia histórica, como Tajt-e Soleimán, Behistún, y además visitaremos los lugares más fascinantes del país como el Bazar de Tabriz, el Bazar de Qazvín, el Mausoleo de Avicena, la aldea de Palangan y casas tradicionales en Sanandaj donde nos permite profundizar nuestro conocimiento del pueblo kurdo. Los tesoros de este país están ocultos salvo que se descubran visitando la hermosa arquitectura de los selyúcidas. Después de visitar Zanyán, la capital del cobre de Irán, continuamos el recorrido hacia Tajt-e Soleimmán, Sanandaj y Kermanshah, ciudades kurdas de Irán. Finalmente, continuamos hacia Hamedán, ciudad por excelencia de los medos, y el Castillo de Alamut donde revela la historia curiosa de los “asesinos”. El último destino será Teherán, la capital moderna de Irán tras la Revolución Islámica en 1979.

El circuito del encanto del oeste de Irán atraviesa por la zona occidental o la región de Zanyán hasta la de Kurdistán y Hamedán donde la naturaleza intacta, la elegancia de las ciudades y la hospitalidad del pueblo iraní les dejan sin palabras a los viajeros, incluso los más exigentes.

SALIDA/ REGRESOAeropuerto Internacional IKA
HORA DE SALIDAEstar presente en el aeropuerto con una antelación de 3 horas antes de la hora de salida.
INCLUIDO
EntradasAlojamientos
Transporte localGuía profesional
NO INCLUIDO
Vuelo doméstico
Comidas

1

Día 1 ; País de origen – Teherán

Salida en el vuelo programado a la capital de Irán, Teherán, ubicada al pie de las montañas Alborz. Encuentro en el aeropuerto con el guía de SITO TRAVEL. Traslado al alojamiento y registro de entrada.

2

Día 2 ; Teherán – Soltaniyeh – Zanyán

Partimos hacia Zanyán y en el camino nos detenemos en el pueblo de Soltaniyeh. En Zanyán, visitaremos el complejo de Bazar, la Mezquita Aljama y el Museo Antropológico.

La cúpula de Santa María del Fiore, también conocida bajo el nombre de la cópula del Duomo de Florencia, fue construida como la cubierta del crucero de una catedral con el mismo nombre en Florencia pertenecientes al siglo XIII y es la más parecida a la Cúpula de Soltaniyeh. La construcción de la catedral Santa María de Fiore comenzó en el siglo XIII por un arquitecto florentino Arnolfo di Cambio, aunque la cúpula seguía siendo un problema más de cien años. Al final, el proyecto se confió a Filippo Brunelleschi, quien erigió la cúpula de doble capa con una altura de 39 metros. Esta cúpula cuya construcción tardó 16 años se considera uno de los logros arquitectónicos más impresionantes del siglo XV. Como ha demostrado Piero Sanpaolesi, la cúpula de Santa María del Fiore con su estructura de doble caparazón puede haberse inspirado en la de Soltaniyeh, ubicada a unos 300 km al sureste de Tabriz, 2000 metros sobre el nivel del mar. Esta ciudad fue la residencia de verano para los ilkanatos, emperadores de un reino que formaba gran parte del Oriente Medio.

La cúpula de Soltaniyeh, con unos 48 metros de altura, se alza desde un base octogonal alto encerrada en una pared de ocho minaretes. El interior de Soltaniyeh es un octágono perfecto, en cada cara del cual hay un iwan grande y alto que en el fondo se divide en dos planos superpuestos: el inferior con una puerta hacia abajo o un nicho y el superior con una logia para mirar dentro. En resumen, cada piso ofrece un panorama distinto. Para conocer los símbolos, motivos florales, geometría, caligrafía y simetría de la arquitectura iraní, hay que contemplar cada esquina de cada piso de la cúpula las que dejarán cualquier visitante sin palabras con su belleza cromática.

  • Museo Antropológico: este edificio data del período Qajar, donde se exhibe ropas típicas del pueblo azerbaiyano en la región de Zanyán. En realidad, el museo era un antiguo lavadero tradicional, Rakhtshuy Khaneh, ubicado en la calle principal e histórica de la ciudad. Dado que Zanjan está rodeado de montañas y se encuentra a 1630 m sobre el nivel del mar, tiene una temperatura en su mayoría baja. Así, el lavadero facilitaba el lavado de ropa en un lugar cerrado y cálido y albergaba principalmente a las mujeres de la zona para lavar, secar y remendar ropas. Rakhtshuy Khaneh consta de dos partes: un vestíbulo, dos habitaciones, una entrada, la sala de lavado con forma rectangular y un chorro de agua corriente. Actualmente la planta superior está dedicada a la fabricación de un producto artesanal típica de Zanyán, zapatillas orientales. La palabra babucha deriva de la palabra persa papush (compuesto de pa (pie) y push (cubierta) y, por lo tanto, cubierta de pie o babouche en francés).
  • El gran bazar de Zanyán: el duro invierno y el frío extremo son razones fundamentales para la construcción de lugares públicos y bazares en el oeste de Irán. El bazar de Zanyán es un ejemplo importante cuyos detalles son observables en sus bóvedas de ladrillo y pasillos estrechos y menos altos que los de otros bazares similares en zonas calurosas. Las bóvedas impiden el intercambio de calor entre el interior y el exterior y el espacio pequeño del bazar crea un ambiente confortable para las personas que están adentro, de manera que el calor producido por las actividades, lámparas y calentadores puede bajar la temperatura invernal que hace y hacer que el bazar sea utilizable incluso en los períodos fríos del año. Para iluminar y climatizar los pasillos, los techos tienen grietas en la punta que además de que permite la entrada de la luz, crean armonía visual. A lo largo del bazar hay muchas tiendas que fabrican y venden todo tipo de cuchillos, especialmente los plegables típicos de Zanyán.

Cena y alojamiento en el hotel.

3

Día 3 ; Zanyán – Tajt-e Soleimán

Después del desayuno, salida hacia Tajt-e Soleimán, perteneciente a la época sasánida que está ocultada entre las montañas pintorescas que nos acompañan durante el viaje y embellecen el camino. El sitio arqueológico de Tajt-e Soleimán además de contar con una rica historia, agrupa una serie de criterios para comprender mejor la cultura zoroástrica y su lugar de culto. La belleza refinada de Tajt-e Soleimán donde se reconcilian el agua y el fuego sorprende a cualquier visitante.

  • El sitio arqueológico de Tajt-e Soleimán está ubicado en una llanura remota la cual está rodeada por montañas volcánicas de la provincia de Zanyán, es decir, al noroeste de Irán. El santuario principal de Zoroastro fue reconstruido parcialmente durante el período iljaní en el siglo XIII, así como el templo dedicado a Anahita (la diosa de agua) que data de los siglos VI y VII. El diseño del templo de fuego, el palacio y la estructura general del sitio influyeron en gran medida en el desarrollo de la arquitectura islámica convirtiéndolo en una referencia arquitectónica tanto en Oriente como en Occidente. El valor simbólico del Tajt-e Soleimán está asociado con creencias incluso más antiguas que el zoroastrismo, así como figuras importantes y leyendas bíblicas. Esta composición se considera un prototipo ya que está integrada por los restos de un conjunto arquitectónico excepcional perteneciente a la dinastía sasánida, un lago, un volcán y la arquitectura suntuosa utilizada en el santuario zoroástrico. El palacio, construido sobre las ruinas del santuario sasánida, está orientado cardinalmente y todo el complejo está rodeado por una muralla ovular fortificada de 13 metros de altura. Todo el patio está enmarcado por pórticos, iwanes en dirección cardinal y varias estructuras poligonales. Dos grandes salones rectangulares están colocados frente al iwan del sur conectando la muralla ovular con el patio porticado de dicho palacio. Mientras que los iwanes del norte y del sur se centran en muros porticados del complejo, los iwanes del este y del oeste se encuentran en el borde norte. El templo de fuego de Zoroastro o Azargoshnasb, de ladrillo, se encuentra en el norte del lago y tiene una planta cuadrada típica de los templos de fuego sasánidas.

Cena en un restaurante y alojamiento en una instalación local.

4

Día 4 ; Tajt-e Soleimán – Sanandaj

El pueblo kurdo es una población indoirania asentada en la región montañosa de Kurdistán, el que forma parte del grupo étnico que vive en Irak, Siria, el sureste de Anatolia y las montañas de Zagros al oeste de Irán. El asentamiento kurdo, reconocido oficialmente bajo el nombre de la provincia occidental iraní de Kurdistán y la región autónoma kurda de Irak, abarca desde los montes Tauro en Turquía hasta las colinas contiguas de las llanuras mesopotámicas. El idioma kurdo es una lengua indoirania perteneciente a la subcategoría occidental de los idiomas iranios, relacionado con el persa y el pashto. La población kurda es estimada a ser entre 25 y 39 millones, incluidas las comunidades de Armenia, Georgia, Kazajstán, Líbano, Siria y Europa.

El estilo de vida nómada de los kurdos estaba principalmente basado en la ganadería y el pastoreo en las colinas de Mesopotamia en Turquía e Irán, aunque la mayoría de los kurdos practicaban la agricultura marginal ya que la zona montañosa les dificultaba el cultivo de cereales y proporcionaba la oportunidad para plantar árboles como el nogal y el granado. Sin embargo, la aplicación de las fronteras nacionales desde la Primera Guerra Mundial ha impedido las migraciones estacionales de rebaños, obligando a la mayoría de la población kurda a abandonar su estilo tradicional de vida y optar por la vida sedentaria dedicándose al pastoreo y la agricultura, mientras que un grupo se dedicó a otros trabajos no vinculados a la tradición.

Desde el punto de vista antropológico, la cultura kurda está radicalmente ligada a su estilo de vida en las montañas, es decir; la formación de sociedades y pueblos en los valles de Zagros, las casas típicas de los kurdos en forma de escaleras, el trabajo constante durante la primavera y el verano y tolerancia al frío en invierno. La cultura kurda, además de componerse de poesía, ropa, arquitectura y fiestas tradicionales, conserva un tipo de música que aún se practica por las familias kurdas en Irán. Es interesante saber que en el Kurdistán iraní hay una cultura ligada a la producción de granada y durante la temporada de cosecha organizan una fiesta anual en la que las mujeres traen las primeras granadas en una bandeja de cobre y los hombres contemplan el desfile tocando música eufórica con el instrumento musical tradicional de los kurdos, el sitar.

Por la mañana visita a Sanandaj, la capital de la provincia de Kurdistán. En esta ciudad visitaremos el Museo Arqueológico de Kurdistán, la mansión de Asef, la Mezquita Aljama y el Bazar del centro histórico que recuerda a la plaza de Naqsh-e Yahán por su forma rectangular. Pasando por las calles de Sanandaj, no daremos cuenta de la naturaleza multiétnica iraní. (En el caso de cierre de los museos o del bazar, haremos las visitas al día siguiente antes de salir de esta ciudad.)

Cena y alojamiento en el hotel.

5

Día 5 ; Sanandaj – Kamyaran – Kermanshah

Salida hacia Kermanshah. En el camino visitaremos la aldea de Palangan, una población a 120 km de Sanandaj. El estilo peculiar de esta aldea en las laderas rocosas, como en Masuleh, hace que el techo de la casa inferior sea el patio de la casa superior. Los materiales utilizados en la construcción de las casas en su mayoría son piedras en formas irregulares junto con mortero de barro y cal.

En la mayoría de las ciudades frías los patios están aproximadamente un metro y medio más bajo que las aceras de modo que durante la temporada de lluvias el agua corriente de los arroyos pueda ingresar en los jardines, los patios o los tanques de almacenamiento de agua ubicados en los sótanos de casas.

Para calentar el espacio interior, lo cual sigue siendo el mayor problema en las zonas montañosas de Irán, se recurre a un método tradicional de calefacción: el korsí, es decir, un taburete bajo con un brasero debajo y un paño grueso encima llamado lahaf korsí, el que está tapado por un tapete, ru korsí, para protegerlo de manchas de comida. Miembros de la familia se sientan alrededor del korsí apoyándose a cojines grandes y debido a baja altura de la mesa, la comida se sirve en el mismo lugar.

Después de visitar Kamyaran partimos hacia Kermanshah.

La provincia de Kermanshah está ubicada en la ruta estratégica que conectaba Mesopotamia con la meseta iraní en la zona occidental de Irán. Esta ruta gozaba de gran importancia militar y comercial, sobe todo el comercio del lapislázuli y la seda, además de que el área circundante cuenta con relieves magníficos de Behistún y Taq-e Bostan (arco del jardín). Las excavaciones llevadas a cabo en las cuevas revelan la presencia de los humanos prehistóricos en esta área y Behistún fue ocupado constantemente desde la prehistoria hasta el ascenso al trono de Darío I.  La presencia de un pueblo neolítico en esta zona procede al amanecer de las civilizaciones posteriores por pueblos diversos. Desde el tercer milenio a. C, la carretera Babilonia-Ecbatana, la capital de los medos en Hamedán, les sirvió a los asirios para invadir al territorio de los medos.

Los restos arqueológicos e inscripciones pertenecientes a las épocas aqueménida y sasánida que se encuentran cerca de Kermanshah en Behistún y Taq-e Bostan fascinaron a los primeros autores musulmanes de tal forma que dieron interpretaciones imaginativas de estos relieves preislámicos. Las representaciones de Khosro II, rey de reyes sasánida, han sido interpretadas con mayor precisión.

Entre el final de la Primera Guerra Mundial y la caída de la dinastía Qajar (1918-25), doce gobernadores, principalmente líderes militares, gobernaron Kermanshah. Durante el período Pahlaví, los notables de Kermanshah (seculares y religiosos) participaron en el movimiento de la nacionalización de la industria petrolera. Tras el levantamiento en el 21 de julio de 1952 en Teherán, los manifestantes en Kermanshah apoyaron al primer ministro Mohammad Mosaddeq y a sus partidarios marchando hacia la capital llevando mortajas como un símbolo de solidaridad. Después del golpe de estado en 1953, Teymur Bakhtiar, comandante de la guarnición de Kermanshah, fue elegido como el nuevo gobernador militar de la capital.

  • Taq-e Bostan: tras la caída del imperio parto, los sasánidas recuperaron el poder fundando un nuevo imperio persa: el imperio sasánida. Esta dinastía, fundada por Ardacher I, gobernó desde 226 hasta 651 d. C., cuando Yazdgerd III perdió la guerra contra los califatos islámicos. El término sasánida deriva de Sasan, nombre del sacerdote del templo de Anahita (la diosa de agua), en Istakhr, una ciudad en Fars, la que formaba parte del imperio parto en aquel momento. Su hijo, Babak, gobernador de la ciudad, sacó partido de las disputas sobre sucesión entre los pretendientes al trono a principios del siglo III y se proclamó rey de Persia. Ardacher I, también conocido como Artajerjes por las poblaciones de habla griega, derrotó al ejército parto y, por consiguiente, el imperio sasánida expandió sus colonias cada vez más conquistando las provincias iraníes y mesopotámicas restantes. Ardacher, se coronó en Ctesifonte en 226 d. C. y se denominó Shahanshan (rey de reyes).

Taq-e Bostan es el único lugar donde nos brinda la oportunidad de conocer los detalles de unos elaborados relieves que celebran la coronación de Ardacher II y Khosro II, representados junto a figuras relevantes como Ahura Mazda, Mitra y Anahita. Bajo el arco en los laterales hay dos relieves con escenas de caza por excelencia que cuentan con detalles abundantes.

Cena y alojamiento en el hotel.

6

Día 6 ; Kermanshah – Hamedán

Por la mañana salida hacia Hamedán. En el camino visitaremos el sitio arqueológico Behistún, declarado Patrimonio de la Humanidad, cuya fama está en deuda con una inscripción monumental en piedra, la cual fue ordenada por Darío I. Luego seguimos hacia el templo de Anahita (la diosa de agua).

  • Behistún: este sitio está situado en una de las rutas principales que conectaba Persia a Mesopotamia y cuenta con vestigios desde el período prehistórico hasta el de los medos, los auqeménidas, los sasánidas y los iljanatos. El relieve de Darío I, que escenifica la victoria del reino aqueménida sobre Gaumata y los 9 rebeldes, y la inscripción a la escritura cuneiforme, que narra las hazañas de Darío I el Grande, ascendido al trono en 521 a. C., se consideran los monumentos más destacados de este sitio.  El relieve de Darío describe su relato del ascenso frente al usurpador Gaumata y su adquisición de poder. Alrededor del relieve hay inscripciones de 1200 líneas que trazan las batallas de Darío contra los gobernadores, quienes intentaron dividir el imperio fundado por Ciro el Grande. Las inscripciones están escritas en tres idiomas: persa antiguo, elamita y babilonio. La más antigua, escrita en elamita, narra las leyendas sobre el rey y las rebeliones, mientras que lo sigue una versión babilónica del mismo contenido. La última parte es la más importante ya que fue cuando el antiguo persa fue introducido por Darío por primera vez. La inscripción, siendo la única inscripción monumental aqueménida, goza de gran importancia ya que documenta un acontecimiento histórico específico: el restablecimiento del Imperio Persa por Darío I el Grande. El sitio de Behistún de 187 hectáreas expone vestigios de prehistoria hasta el período medo (siglos VIII-VII a. C.), así como del aqueménida (siglo VI-IV a. C.) y épocas posteriores.
  • El centro histórico de Hamedán, desde el punto de vista urbano, tiene un diseño radial, el que en algunos aspectos se ha inspirado directamente en Ecbatana. La Plaza Imam Khomeini tiene un papel fundamental para conocer meticulosamente los cambios sufridos durante una profunda renovación en las últimas décadas. Esta plaza con 6 amplias avenidas conecta la zona central con diversos barrios de importancia social y religiosa, incluidos el Gran Bazar de Hamedán, la Tumba de Ester y Mordejai y el Mausoleo de Avicena, filósofo y médico persa conocido como Abu Ali Sina en Irán.
  • El Mausoleo de Avicena: Avicena (980-1037 d. C.), nació en Afshana una aldea cerca de Bujará en Jorasán. A cabo de unos años, él junto con su familia se trasladó a Bujará, la capital de lo samaníes donde fue el activo centro cultural del país. Avicena se dedicó a estudiar los saberes de la época y completó sus primeros estudios bajo el control de los maestros más prominentes de aquel tiempo. Dada la disponibilidad de maestros y bibliotecas, la alta posición de su padre en la administración samaní y su precocidad en la carrera medicina, a los dieciocho años, gozaba de fama como médico y amplió sus conocimientos en todas las ciencias griegas. Tras el fallecimiento de su padre, se le asignó un puesto administrativo, el de gobernar el distrito. Su obra magna, el “Canon de Medicina”, se utilizaba como un libro de referencia durante siglos incluso en Montpelier hasta 1650. A pesar de que sus obras se limitaron al campo de la medicina, tenía un gran interés en la música, la metafísica, la química, la filosofía y la astronomía.

El Mausoleo de Avicena es un complejo ubicado en la plaza de Avicena que cuenta con una biblioteca, un pequeño museo y una torre con forma de huso inspirada en la Torre Kavus.

Cena y alojamiento en el hotel.

7

Día 7 ; Hamedán – Qazvín

Durante el Imperio Persa se construyó una carretera de 3000 kilómetros denominada el Camino Real Persa por el orden de Darío I que conectaba diversas satrapías desde el actual Irán hasta el Mar Mediterráneo, pasando por la actual Turquía.

El Camino Real Persa formaba parte de la mayor ruta comercial conocida como la Ruta de la Seda que se extendía desde la ciudad de Ecbatana en Hamedán hasta el mar Egeo de Esmirna en Turquía. Ejerciendo un control constante, Darío I consiguió garantizar tanto la seguridad y la velocidad de transmitir mensajes como la conexión continua entre todas las satrapías del imperio aqueménida. La ruta tenía varias paradas y los pasajeros ordinarios tardaban tres meses en recorrerla, mientras que los mensajeros imperiales, montando en caballeros, la recorrían en nueve días. Esta ruta sirvió de base principal para conectar el Oriente al Occidente con las conquistas de Alejandro Magno en Asia menor. De hecho, él estableció la ciudad más lejana del Reino de Macedonia, Alejandría, a lo largo del camino y abrió la ruta marítima con su almirante desde el delta del río Indo hasta el Golfo Pérsico.

 Los itinerarios del Camino Real Persa convertida en la Ruta de la Seda hoy en día han sido muy divergentes según las condiciones histórico-económicas de los países que se atraviesan: una vez pasada por el Lejano Oriente, la Ruta de la Seda dirigía a los pasajeros hacia Uzbakistán, Afganistán, Turkmenistán e Irán pasando por Nishapur y Semnan para llegar a Teherán, Qazvín y Tabriz y seguir hacia el mar Egeo de Esmirna. El origen de Qazvín se remonta al apogeo del comercio a través de la Ruta de la Seda en Irán y la reubicación de la capital safávida de Tabriz a Qazvín, lo que lo convirtió en un centro político y comercial.

Por la mañana salimos hacia Qazvín para descubrir sus espléndidos lugares históricos:

  •  En nuestra visita, saldremos a dar un paseo por el elegante caravasar Sa´d al-Saltaneh, uno de los lugares más espectaculares del bazar tradicional. Este caravasar de ladrillo contiene varias puertas de entrada dando a las calles, circundantes u otras partes del bazar. Las puertas incluyen un vestíbulo con un hermoso estilo arquitectónico y hay un Chahar-Sough en el sur de esta parte con una cúpula encima. Alrededor de este pasaje en forma de cruz hay 16 habitaciones con una altura de 1 metro y puertas de madera talladas.
  • Mausoleo de Shahzadeh Hossein, un complejo religioso que incluye una mezquita y el mausoleo del hijo del octavo imán de los chiítas quien está enterrado en Mashhad. El mausoleo nos recuerda a un complejo palaciego con un jardín amurallado, hileras de plantas, iwanes pequeños, nichos, lápidas y preciosos adornos de azulejos. La fachada de la puerta principal consta de seis minaretes ornamentales coronados. La tumba está cubierta por una cúpula de azulejos amarillos y azulados. La parte central del edificio está decorada con numerosos mosaicos espejados y el interior está decorado con espejos, cristales y candelabros, elementos típicos de los santuarios.
  • El pabellón de Chehel Sotún en Qazvín originalmente formaba parte del primer complejo safávida en 1596, la única obra permanecida de aquel período hasta hoy. En este pabellón, los elementos decorativos de las dinastías safávida y Qajar son claramente distinguibles: azulejos pertenecientes en su mayoría al período de Qajar y pinturas murales de la estructura original safávida en el interior. Este palacio tuvo un papel importante en el adelantamiento de un estilo peculiar durante la época de los safávidades no sólo en Qazvín, sino en Isfahán y Zanyán.
  • Terminamos las visitas con la de Puerta histórica de Teherán y la tumba de Hamdullah Mostofi; geógrafo, poeta, célebre y escritor del período iljaní en el siglo XIII. Esta tumba de ladrillo está construida en estilo azerbaiyano debajo de la influencia otomana. La cúpula cónica turquesa se considera la característica única de este edificio. La tumba cuenta con un área de más de 380 metros cuadrados, incluido un patio de 350 metros.

Cena y alojamiento en el hotel.

8

Día 8 ; Qazvín – Alamut – Teherán

Carretera paisajística hasta el enigmático Castillo de Alamut (Castillo de Hasan Sabbah), ubicado entre las montañas al borde occidental de la cordillera de Alborz, en un valle cerca de Qazvín en el sur del mar Caspio. En el pasado, parte de estas montañas formaba el distrito de Deylán donde sigue siendo salvaje y remoto. Esta área, ubicado entre la meseta central de Irán y el mar Caspio, constituye una barrera natural formidable. En el lado norte, las laderas están densamente arboladas y hay animales salvajes como jabalí, oso e incluso algunas especies como el tigre del Caspio, la cual está al borde de la extinción.

La historia del castillo de Alamut está radicalmente ligada a la de Hasan Sabbah (1034-1124) y, por lo tanto, será útil saber sobre su ideología y doctrina religiosa ya que era el líder de la secta de los Nazaríes. El poder de los Nazaríes, llamados también hashshashín, cuya fama está en deuda con su estrategia de asesinatos selectivos contra dirigentes políticos y militares, llegó a su apogeo durante la dinastía Fatimí. Hasan Sabbah nació en Qom en el seno de una familia chií duodecimana y recibió educación religiosa desde pequeño. A los diecisiete años, se convirtió al ismailismo, una sub-secta del islam chií, la cual acepta al Imán Ismail en vez de su hermano Mayor Musa ibn Yafar como sucesor del sexto imán, es decir, Yafar as Sádiq. Este misionero ismailí tuvo un conocimiento vasto en la doctrina ismailí y en sus viajes buscaba nuevos adeptos a la fe ismailí y atraía a gente por su piedad. Él se comportaba con gente de manera igual independientemente de la jerarquía y se ganaba la vida mediante distintas profesiones.

Él como misionero ismailí y propagandista de esta fe ganó mucha fama sobre todo en el noroeste de Irán. Nizam al-Mulk, con el que Hasan Sabbah entabló amistad, mandó perseguirlo con el fin de impedir la proliferación de su ideología revolucionaria, pero fue asesinado por un seguidor de la fe. En 1090, consiguió tomar el Castillo de Alamut como la sede del ismailismo. A pesar de la invasión de los turcos selyúcidas y su escaso número, los ismailíes no perdieron su independencia en el castillo en las montañas de Daylán durante 166 años. Por haber vivido en poblaciones hostiles, a menudo los ismailíes fueron víctimas de masacres en los homicidios políticos, los que se denominaban “crímenes sagrados”. Debido a la característica esotérica de estos asesinatos y la obediencia ciega a su líder, los selyúcidas les llamaban hashshashín (los que consumen hachís), derivado en la palabra asesinos.

La biblioteca, arrasada en el ataque de los mongoles, y instalaciones astronómicas de Alamut tenían mucha fama. El castillo cuenta con dos partes: fuerte superior y fuerte inferior. Con la muerte de Hasan Sabbah en 1124, los selyúcidas tomaron el control del castillo.

Llegada a Teherán. Cena y alojamiento en el hotel.

9

Día 9 ; Teherán

Teherán, la capital del Irán, es la ciudad más dinámica y próspera del país. Con una población superior a los 13 millones de habitantes, Teherán presenta la atmósfera bulliciosa propia de cualquier gran capital del mundo, al tiempo que se revela como la piedra angular de la historia contemporánea de Irán y ofrece una extraordinaria oferta cultural al viajero, entre la cual destaca el espectacular museo nacional de joyas, donde se expone la más importante colección de joyas preciosas del mundo.

La preocupación iraní por los desarrollos artísticos, las recientes intervenciones arquitectónicas y el resurgir de muchos cafés de estilo tradicional han hecho de la ciudad un fascinante laberinto que reserva al visitante una sorpresa en cada rincón.

Visitando Teherán:

  • El Museo Nacional de Irán exhibe historia, arte y cultura a través de hallazgos arqueológicos fechados desde el sexto milenio a.C. hasta la llagada del islam en el siglo VII de nuestra era. El museo atesora una maravillosa colección de piezas de cerámica y bronce y, además, programa dos exposiciones temporales al año en colaboración con relevantes museos internacionales como los de Berlín o Venecia.
  • El Palacio de Golestán se encuentra junto al Gran Bazar y se trata de un imponente complejo palacial con origen en el siglo XVI, cuando Teherán comenzó la transformación que le llevaría a pasar de ser un pequeño pueblo a convertirse en una verdadera ciudad. El significado de Golestán es “campo de flores”, nombre que hace honor a los maravillosos jardines persas presentes en el lugar. La historia contemporánea de Irán está tan en deuda con este complejo que Mohammad Reza Pahlavi, el último shah de Irán, celebró aquí su coronación, anunciándose como sucesor de Ciro el Grande. Después visitaremos la entrada del Gran Bazar de Teherán, donde, entre sus 10 kilómetros de galerías, se dice que es posible encontrar cualquier objeto imaginable.
  • El Museo Nacional de Joyas (abierto solo de sábado a martes) se encuentra protegido por una gran estructura de acero de 25 cm de espesor en las profundidades subterráneas del Banco Nacional Central de Irán. El museo alberga las joyas de la realeza persa, todo tipo de piedras preciosas, una gran variedad diademas y tiaras, así como las coronas de las dinastías Pahlavi y Qajar y el diamante rosa más grande del mundo, Darya-e Nour (182 quilates). Este diamante fue traído a Irán como símbolo de las campañas victoriosas de Nader Shah en la India en 1739.

La visita al Museo Nacional de Joyas puede sustituirse con el Museo de la Alfombra.

Cena en un restaurante y alojamiento en el hotel.

10

Día 10 ; Teherán – país de destino

Traslado al Aeropuerto Internacional Imán Jomeiní para el vuelo de Teherán hacia el país de destino.

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